
- Sep 28, 2018
- Pedro Vargas
- Cigarrillo, e-cigarettes, e-cigarrillos, Envenenamiento, Epidemias, Jóvenes, Salud Pública, Tabaco
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La “epidemia” del E-Cigarette es un atentado contra la salud.
La probada asociación entre el uso de tabaco y el subsiguiente uso de marihuana se extiende a otros productos del tabaco, léase cigarrillo electrónico (e-cigarette) y hookah o argila.
Esto no solo se refiere a la iniciación de la marihuana sino también a una más temprana edad de iniciación. Estos dos elementos son probadamente significativos para el riesgo de adicción a la marihuana y remodelación estructural del cerebro del adolescente[1], como a los riesgos de salud al entrar a la edad adulta[2].
El uso de tabaco por los adolescentes en EU, a pesar de que ha disminuido en la última década también ha aumentado desde el 2011[3]. Esto se debe a la proliferación del uso de e-cigarettes o cigarrillos electrónicos, como el Juul . La percepción de los riesgos y beneficios sobre la salud del cigarrillo convencional, del e-cigarette y de la marihuana constituyen el mayor obstáculo[4]para que eviten su uso, su consumo y para bajar las ominosas cifras de dependencia y adicción.
Pero no nos vayamos fuera de nuestras fronteras. El cigarrillo electrónico invade nuestra sociedad y las poblaciones apuntadas o señaladas por los comerciantes son las más vulnerables, las de los estudiantes y jóvenes en crecimiento cuyos cerebros son secuestrados por la adicción. La exposición al contenido de los aerosoles se ha determinado de (1) segunda mano, cuando las emisiones se distribuyen o diseminan en el ambiente donde se vapea durante la exhalación o del mismo instrumento utilizado; (2) tercera manola que resulta de las emisiones que impregnan muebles, ropa o en el polvo del lugar donde se vaporiza.
El cigarrillo electrónico es un aparato manual, pequeño, que produce aerosol a partir de una solución típicamente concentrada de nicotina, químicos que le dan sabores, y solventes como el propilen glicol o el glicerol o glicerina vegetal. Estos aparatos están operados por batería para emitir aerosol, porque es la suspensión de partículas en un gas, pero que se le llama vapor. Cuando quien lo usa aspira, un sensor de flujo lo detecta y activa el generador que chupa la solución de nicotina contenida en un depósito, y entonces crea las partículas de aerosol.
En adición a la nicotina en altas concentraciones líquidas para vaporizar como aerosoles, que contienen estos instrumentos (sistemas electrónicos que proveen nicotina, SEN), también contienen numerosas soluciones tóxicas y cancerígenas, tanto para quien las utiliza o “vapea”, como para las personas a su alrededor. El otro riesgo denunciado es el de la intoxicación y muerte accidental cuando se ingiere, como ha ocurrido en los hogares con niños pequeños. Un estudio realizado en los EEUU donde se analizaron cifras nacionales de exposición a venenos (National Poison Data System) durante 3 años[5], encontró un aumento de 1,500% en llamadas a estos centros de envenenamiento. Un número significativo era por nicotina ingerida.
Los riesgos a la salud son muy superiores a los beneficios. Uno de los muchos mitos es que el uso del cigarrillo electrónico es una forma eficaz, segura y benigna de dejar de fumar cigarrillo convencional de combustión. Esto, además de no haberse probado en estudios de investigación, sí aumenta el uso de los aerosoles. Lo que sí se ha reportado es que el uso de cigarrillos electrónicos con sabores se asoció a (1) una mayor intención de fumar cigarrillo convencional cuando se comparó con poblaciones que no habían utilizado cigarrillo electrónico 30 días antes, (2) una menor intención de dejar el cigarrillo convencional entre fumadores, (3) una menor prevalencia de percepción de los peligros con el cigarrillo electrónico con sabores.[6]
Por el otro lado, el negocio de millones de dólares lleva incluso a las compañías que producen cigarrillos combustibles a explorar este mercado. Mientras se llenan sus bolsillos de dólares le vacían los cerebros a los jóvenes y les secuestran su felicidad. La adicción es rampante con nicotina concentrada y con marihuana mezclada en estas formas de fumar. No es solo el aroma, no es solo el sabor, es el uso de substancias adictivas en una edad de tanta vulnerabilidad para daño permanente cerebral, desarrollo de esquizofrenia y otras psicosis, paranoia y muerte.
No merecen otra cosa que la prohibición de promociones y de venta fácil, si no se puede lograr la absoluta prohibición por razones de salud pública. La libertad que honramos en las sociedades democráticas no debe ser nunca un instrumento para dañar al ser humano y a la sociedad o a sus más vulnerables miembros. 28/9/2018
[1]Lubman DI, Cheetham A, Yücel M: Cannabis and adolescent brain development. Pharmacol Ther.2015;148:1-16
[2]Volkow ND, Baler RD, Compton WM, Weiss SRB: Adverse health effects of marijuana use. N Engl J Med.2014;370(23):2219-2227
[3]Audrain-McGovern J, Stone MD, Barrington-Trimis J et al: Adolescent E-Cigarette, Hookah, and Conventional Cigarette Use and Subsequent Marijuana Use. Pediatrics.2018;142(3):e20173616
[4]Roditis ML, Haopern-Felsher B: Adolescents’ perceptions of risks and benefits of conventional cigarettes, e-cigarettes, and marihuana: a qualitative analysis. J Adolesc Health. 2015;57(2):179-185
[5]Kamboj A,Spiller HA, Casavant J et al: Pediatric Exposure to E-Cigarettes, Nicotine, and Tobacco Products in the United States. Pediatrics 2016.137(6): e20160041
[6]Dai H & Hao J: Flavored Electronic Cigarete Use and Smoking Among Youth. Peiatrics 2016.138(6):e20162513